viernes, 24 de agosto de 2007

¿Acaso la juventud es excusa?

Temprano en la mañana, sales del gimnasio y te metes a bañar en un intento desesperado por finalmente despertar. Agua semi caliente, flojera y miles de pendientes, de repente oyes a lo lejos:
-Si, en primer semestre era bien diferente, ¿te acuerdas cuando nos cargaba las cosas?-
-Sí ya sé, y ahora cero CABALLEROSISMO-

He visto las mejores mentes de mi generación destrozadas por la locura. Ginsber, ¡cuanta razón tenías!.

viernes, 17 de agosto de 2007

Las verguenzas que el hambre te hace pasar..

La noche no había podido ir mejor; bebidas, baile y diversión al por mayor, no hay nada mejor que estar en una ciudad desconocida sin hora de llegada.

5am y la habilidad para caminar sin tropezarse se veía mermada por algunos litros de vodka corriendo felizmente por las venas. La decisión de regresar al hostal fue únanimente aceptada al igual que la de tomar un delicioso desayuno alivia-borrachos.

Las calles se abrían a nuestro paso, aquella pequeña y pintoresca ciudad parecía nuestra y las risas se dejaban oír por los callejones incluso en aquel del famoso beso. Sin preocupaciones nos tambaleábamos, esperando llegar pronto a nuestro destino.

Al fondo se escuchó de pronto un ruido de motor que nos hizo voltear la cabeza. Fue ahí que lo vimos; un enorme pesero frente al cual parecíamos invisibles ya que en vez de frenar, aceleraba más rápido de lo que podíamos movernos. Subirse a la banqueta hubiera sido la salida más obvia pero hay que recordar que en aquellas pequeñas ciudades las calles no son de igual tamaño, calculadas a nuestros ojos turistas para un pequeño Bocho y no para un transporte públicoasí de grande.

Corrimos, la luces delanteras nos alcanzaban rápidamente y la calle se iba haciendo cada vez más estrecha. Sólo faltaban unos pocos pasos para la puerta de nuestro hostal y lo único q se escuchaba era el motor rugiendo bajo las órdenes del pedal profundamente pisado.

Por fin la puerta!! tocabámos desesperadamente gritando, al mismo tiempo que luces de las casas cercanas se prendían, pero ninguna eñal de vida en la nuestra. Cuando el camión estaba a punto de llevarnos se abrió nuestro refugio haciéndonos caer por inercia sobre el velador, que nos veía con una cara en al cual se leia una mezcla de sorpresa y repulsión.,

Miró hacia afuera, regresó la mirada a nosotras, que seguiamos en el piso. Venimos a desayunar, dije intentando parame. Desayunar?? son las 5 de la mañana, el desayuno es a partir de las 9, respondió bastnte enojado.

Ante la negativa salimos de nuevo, ya con mucha hambre y los ánimos nuevamente altos gracias a la memoria de corto plazo del borracho. Un vips 24 hrs fue la salvación. Después del desayuno salimos a la calle, y con los sentidos en su máximo desempeño, vimos su verdadera dimensión; podía pasar un gran camión turístico.... y holgadamente.

jueves, 16 de agosto de 2007

Como bajar borracho una escalera

La luz que entraba por la ventana nos despertó, ¿cómo fue que habíamos logrado escapar?.

La noche era aún joven y nuestros ánimos más. Los enormes vasos de vodka se vaciaban tan rápido como las canciones pasaban. El grupo de chicas que conformaba la mesa se hacía más notorio entre risas y palabras incomprensibles dichas por lenguas alcoholizadas.

Cinco minutos y la invitación de 3 chicos a su hotel fueron suficientes para seguir la fiesta. Mariela y Paula no tenían ganas de ir realmente pero al ver el estado de su amiga decidieron unirse por si acaso.

Ya en el lugar la dichosa amiga y uno de los chicos decidieron ir a buscar a una integrante más que se encontraba desorientada en la calle, dejando a Paula y Mariela a su suerte.
Los chicos siguieron tomando, lo que hizo que ellas se sorprendieran cada vez más del grado de estupidez que puede existir. Declaraciones raciales, análisis políticos e insinuaiones sexuales sin sentido hicieron 1 hora sentirse como 5. Un movimiento brusco que quizo convertirse en un beso fue el detonador. Con una disimulada patada Paula tiró uno de los vasos logrando una distracción que permitió a las chicas salir corriendo del cuarto.

Las escaleras de caracol se veían interminables e imposibles por el efecto del alcohol en su sangre pero el sonido de una puerta azotándose y voces gritando detrás de ellas fueron suficientes para lograr el equlibrio necesario para bajar sin caerse de boca.
La puerta porfin se alcanzaba a ver, una débil luz mostaba el pie de la escalera casi tan cerca como el ruido de las pisadas detrás de ellas.
Una vez abajo descubrieron que para poder llegar a la salida debían pasar por un cuarto lleno de borrachos arriba de los 40, en su mayoría hombres.
Pasaban rápidamente esquivando a las personas y observando los personajes más bizarros que bien podrían haber salido de aquel bar en Star Wars. Aquella extraña multitud de repente pareció darse cuenta de la presencia de aquellas dos desconocidas.
Mariel intentaba abrir desesperdamente el viejo cerrojo de la puerta, al mismo tiempo que Paula trataba de ignorar todos aquellos comentarios baratos e insinuaciones que les hacían. De pronto oyeron las voces de sus perseguidores preguntando al barman por ellas y Paula vio asustada como éste último las señalaba.
Cuando ya no veia salida, sintió un brazo jalarla; era Mariela que había vencido a la puerta y corría hacia la calle.

miércoles, 8 de agosto de 2007

Escribir con altas pretensiones

Todo empezó con ánimos pero esto no duraria mucho. En pocos días esos ánimos se convirtieron en media docena de plumas mordidas y varias hojas arrancadas, ambas, acompañadas de bolsas de papas sin acabar y discos de música ignorados al ser solamente puestos como un pretexto para evitar aceptar que aunque plan inicial era bueno la ejecución no lo era tanto. Escribir no es tan fácil y menos cuando se tienen altas pretensiones. No hacían bastantes días desde que había decidido dedicar mi nuevo semestre a un proyecto: un cortometraje. Esta decisión fue demasiado fácil comparada a lo que paso después; un bloqueo para escribir, ni siquiera la idea central del guión.

Aparte de esto se acercaban una salida familiar inminente. El días hacia este evento pasaron tan rápido como un fin de semana estando en clases, hasta llegar el momento de tener que dejar todos mis intentos por un poco de inspiración para poder empezar a guardar ropa.

Las llantas de la maleta no dejaban de sonar al pasar tan rápido por las bandas del aeropuerto, esto, en un intento por llegar puntual a la sala indicada.
La noche anterior había sido pesada, permanecer acostada en la misma posición era imposible al estar pensando en que podría haber de interesante en pasar 4 días en Florida con la familia, dejando de lado todos los planes de salidas con amigos y peor aún aquel proyecto que era imposible de dejar ya que provocaba el seguir intentando escribir algo al sentir que la idea perfecta estaba muy cerca.
LLegando a Florida los primeros 2 días pasaron tan lentos y aburridos como aquellas comidas con familiares lejanos que siempre parecen prolongarse de más y las visitas a lugares parecían algo sin sentido comparado con quedarse a ver todos comerciales embobantes de la televisión estadounidense .
Al tercer día todo parecía igual, nos escontrábamos en un restaurante comiendo, cuando de repente un ruido bastante fuerte me hizo voltear. La fuente era una señora con la cara pálida que se encontraba gritando y haciendo señas a uno de los empleados del lugar. Logré enteder algo acerca de un niño pero su voz logró alcanzar un tono y una velocidad tan alta que ni siquiera varios años de estudios de inglés pudieron ayudarme a enteder la escena. Unos momentos después el gerente se acercó a ver que pasaba y varios elementos del restaurante se dueron hacia la entrada y cerraron la puerta impidiendo el paso, después vi que comenzaban a preguntar algo a los demás comensales, cuando se volvió a escuchar la señora gritando pero ahora el nombre de alguien aunque en un tono diferente, su voz había bajado y se había puesto áspera, la palidez había desaparecido, parecía reclamar a alguien pero nadie se veia, al moverme un poco hacia adelante pude entender que pasaba; se trataba de su hijo, un pequeño niño con los ojos muy abiertos y con la aparente intención de decir algo que inmediatamenet fue opacado por la voz de su madre que lo regañaba por irse sin avisar y esconderse debajo de las mesas. El niño comenzó a llorar, alg batante comprensible para alguien que recuerda lo que es ser chico y verse regañado por su mamá al enfermarse o caerse y causarle un susto.
A continuación la señora se volteo y quitando los gestos de su cara pidio perdón en nombre de su travieso hijo.
Al ver la cara sonrojada de la señora y loa ojos hinchados del niño mientras salían por la puerta, mi risa paró y tomando una servilleta y sacando una pluma de la bolsa de mi mamá, rápidamente escribíi una palabra en el papel; miedo.

Esa seria la idea central del cortometraje, en menos de 15 minutos pude ver como esta sensación llevaba por varios estados de animo a una persona, desde hacerla llorar, gritar desesperada, enojarse y regresar a una cara sonriente, que más podría pedir para la base de una historia. El proyecto se había vuelto a poner en marcha.