viernes, 17 de agosto de 2007

Las verguenzas que el hambre te hace pasar..

La noche no había podido ir mejor; bebidas, baile y diversión al por mayor, no hay nada mejor que estar en una ciudad desconocida sin hora de llegada.

5am y la habilidad para caminar sin tropezarse se veía mermada por algunos litros de vodka corriendo felizmente por las venas. La decisión de regresar al hostal fue únanimente aceptada al igual que la de tomar un delicioso desayuno alivia-borrachos.

Las calles se abrían a nuestro paso, aquella pequeña y pintoresca ciudad parecía nuestra y las risas se dejaban oír por los callejones incluso en aquel del famoso beso. Sin preocupaciones nos tambaleábamos, esperando llegar pronto a nuestro destino.

Al fondo se escuchó de pronto un ruido de motor que nos hizo voltear la cabeza. Fue ahí que lo vimos; un enorme pesero frente al cual parecíamos invisibles ya que en vez de frenar, aceleraba más rápido de lo que podíamos movernos. Subirse a la banqueta hubiera sido la salida más obvia pero hay que recordar que en aquellas pequeñas ciudades las calles no son de igual tamaño, calculadas a nuestros ojos turistas para un pequeño Bocho y no para un transporte públicoasí de grande.

Corrimos, la luces delanteras nos alcanzaban rápidamente y la calle se iba haciendo cada vez más estrecha. Sólo faltaban unos pocos pasos para la puerta de nuestro hostal y lo único q se escuchaba era el motor rugiendo bajo las órdenes del pedal profundamente pisado.

Por fin la puerta!! tocabámos desesperadamente gritando, al mismo tiempo que luces de las casas cercanas se prendían, pero ninguna eñal de vida en la nuestra. Cuando el camión estaba a punto de llevarnos se abrió nuestro refugio haciéndonos caer por inercia sobre el velador, que nos veía con una cara en al cual se leia una mezcla de sorpresa y repulsión.,

Miró hacia afuera, regresó la mirada a nosotras, que seguiamos en el piso. Venimos a desayunar, dije intentando parame. Desayunar?? son las 5 de la mañana, el desayuno es a partir de las 9, respondió bastnte enojado.

Ante la negativa salimos de nuevo, ya con mucha hambre y los ánimos nuevamente altos gracias a la memoria de corto plazo del borracho. Un vips 24 hrs fue la salvación. Después del desayuno salimos a la calle, y con los sentidos en su máximo desempeño, vimos su verdadera dimensión; podía pasar un gran camión turístico.... y holgadamente.

2 comentarios:

@nf!L!N dijo...

benditos los vips 24hrs

Anónimo dijo...

jajaja ay pau.. como olvidar cuando nos contaron eso!!!! no podíamos parar de reir!!!